Después de superar exitosamente el proceso de auditoría externa realizado por la empresa TÜV Rheinland en el año 2018, y sus correspondientes auditorias de seguimiento y re-certificación, el CeSPI ha mantenido la certificación de procesos bajo el cumplimiento de requisitos de la norma ISO 9001:2015.
Cabe señalar que el CeSPI sostiene su Sistema de Gestión de Calidad certificado desde el año 2009. Previamente bajo el cumplimiento de requisitos de la Norma ISO 9001:2008.
Es necesario recordar que la norma ISO 9001 permite certificar procesos para garantizar la calidad de los mismos y cumplir con los requerimientos de los usuarios y clientes. En este sentido, la certificación de procesos representa para el CeSPI una ventaja competitiva y un factor de diferenciación.
La planificación estratégica para el Sistema de Gestión de Calidad
Los profesionales del CeSPI trabajan desde la perspectiva de la planificación estratégica en la adaptación, implementación y mantenimiento de los nuevos requisitos de certificación mediante acciones vinculadas a los siguientes aspectos:
- Innovación
- Análisis de contexto organizacional
- Requisitos y expectativas de Partes Interesadas
- Determinación de Estrategias y Objetivos de Calidad
- Enfoque a Procesos
- Análisis de Riesgo
- Gestión del conocimiento
- Seguimiento de acciones determinadas
- Mejora continua
- Gestión del Cambio
Asimismo, el alcance de Procesos Certificados son los siguientes:
- Gestión de Requerimientos de Sistemas Académicos, Seguridad de la Información y de Minería y Análisis de Datos.
- Servicios de Auditoría y Consultoría Tecnológica.
De esta manera, el CeSPI se posiciona como una organización certificada que cumple con un proceso de trabajo conforme a las reglas del sistema de gestión que son requeridas para un reconocimiento de calidad internacional, avaladas tanto por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA) como por el Organismo de Acreditación Alemán (DAkks).
Finalmente, cabe destacar que para los profesionales del CeSPI la cultura de la calidad representa una fuente de motivación para incorporar aspectos vitales de responsabilidad social como la reducción del impacto ambiental, el consumo energético o actividades vinculadas con la comunidad en temáticas de derechos humanos, discriminación o reducción de la brecha digital.